La noche se ha vestido de vaquera. Sombreros y botas, grandes escotes, mallas y minifaldas permean los alrededores y el interior del Auditorio Nacional. La culpable se llama Alicia de apellido Villarreal. Regiomontana que el mes pasado cimbró a sus seguidores al hacer con la mano la señal de sufrir violencia. Ahora, ante cerca de 10 mil espectadores, ofrece un recital estimado en dos horas de duración. Y abrió con fuerza, porque tan pronto se apagaron las luces de la sala, abrió con “La yegua” y “Ojo por ojo”, arrancando la ovación que retumbó en el techo del coloso de Reforma. Llegó acompañado de un mariachi de diez elementos, cuatro bailarines y otros cuatro músicos. Bastó la frase “ya no pienso mantener este amor”, primera de la canción, para alocar al público. Desde afuera del Auditorio todo el ambiente estaba en pro de Alicia. El Metrobús que hace parada enfrente del edificio, prácticamente se vaciaba al llegar a la estación. Y esquivando autos, obligándolos a hacer el alto a varios, la gente se atravesa
Alicia Villarreal abre con fuerza
La noche se ha vestido de vaquera. Sombreros y botas, grandes escotes, mallas y minifaldas permean los alrededores y el interior del Auditorio Nacional. La culpable se llama Alicia de apellido Villarreal. Regiomontana que el mes pasado cimbró a sus seguidores al hacer con la mano la señal de sufrir violencia. Ahora, ante cerca de 10 mil espectadores, ofrece un recital estimado en dos horas de duración. Y abrió con fuerza, porque tan pronto se apagaron las luces de la sala, abrió con “La yegua” y “Ojo por ojo”, arrancando la ovación que retumbó en el techo del coloso de Reforma. Llegó acompañado de un mariachi de diez elementos, cuatro bailarines y otros cuatro músicos. Bastó la frase “ya no pienso mantener este amor”, primera de la canción, para alocar al público. Desde afuera del Auditorio todo el ambiente estaba en pro de Alicia. El Metrobús que hace parada enfrente del edificio, prácticamente se vaciaba al llegar a la estación. Y esquivando autos, obligándolos a hacer el alto a varios, la gente se atravesa