Amat Escalante disfruta el shock de la vida

Las imágenes no se olvidan: si en su película Los bastardos hace volar la cabeza de una mujer con una bala de grueso calibre; en Heli coloca a uno de los personajes matando a un perrito y, para La región salvaje creó una especie de pulpo convertido en objeto sexual. Amat Escalante ha ganado en Cannes y Venecia, considerados junto con Berlín, los más importantes festivales de cine del orbe, pero también ha salido airoso de otros como Sundance, especializado en cine independiente, y La Habana. “Me gusta el ‘shock’ de la vida, aunque no necesariamente ‘shockear’ al público”, comenta el cineasta. “Me gustan las cosas impresionantes que pasan en nuestra vida cotidiana y que le suceden a la gente. Es algo que me atrae explorar y mostrar para que se miren de forma sorpresiva cuando, tal vez, ya nos acostumbramos a leerlas, a verlas, ya son algo común”, añade. Cosa curiosa: la reacción del público depende del país. Sangre, su ópera prima sobre un hombre con una vida monótona que es rota por la llegada de su hija de o