Ana Martín, una mujer sin ataduras

A sus 78 años, Ana Martín no vive del recuerdo, no pide permiso, ni da explicaciones. Habla con una voz serena pero firme; ha aprendido a decir lo que piensa sin levantar la voz, con elegancia. En un mundo que castiga la libertad femenina ella siempre se ha plantado sin dudar. A contracorriente: rebelde, elegante, seductora. Suele reírse de los prejuicios que ha esquivado de cerca. Confiesa, sin reparos, su decisión eterna de amar con intensidad y vivir sin arrepentimientos. En oraciones es difícil separar a la actriz de la persona real, y esto ocurre porque en Ana Martín ambas se funden con naturalidad. Nació en los camerinos y carpas, hija de Jesús Martínez, “Palillo”, un comediante con conciencia política que enfrentó la censura con humor. Creció entre bambalinas, rodeada de aplausos, impulsada por una abuela que le enseñó que los sueños también se heredan. Apadrinada por Toña, “La Negra”; Pedro Infante y Agustín Lara, y con más de seis décadas de trayectoria, Ana Martín ha dejado huella en el cine, el te