Anaïs Abreu quiere quitarse el patriarcado

Dos niñas son pasajeras del auto en el que su padre toma la etílica decisión de acelerar, lo último que escuchan es el gemido de un animal bajo la llanta; en otro momento, una de esas niñas es alejada del piso por varios centímetros y levantada del cuello por el mismo padre, su recuerdo es el de la asfixia, una asfixia que siempre ha sentido ante la presencia del padre, y que es una de las imágenes más fuertes del poemario Heredar, en el que la escritora y artista visual Anaïs Abreu D’Argence hace su propio análisis de lo que significa la herencia del padre, pero, sobre todo, este libro parte de una serie de ejercicios que ella ha ido haciendo “en esa necesidad de despatriarcalizarme a mí misma”. Este poemario que ha sido editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León fue un parto con muchísimo dolor, pero necesario, asegura la poeta y editora, quien señala que solo fue capaz de abordarlo gracias al psicoanálisis que emprendió hace más de cinco años con la intención de trabajar la violencia paterna que car