Antonio Malpica juega con Poe

Antonio Malpica asume como un homenaje su obsesión, en los últimos años, de retomar algunos clásicos para hacerlas suyos. Así lo ha hecho con Charles Dickens, Mary Shelley, Hans Christian Andersen y ahora lo hace con Edgar Allan Poe; lo concibe además como una osadía e incluso —la califica él— casi como “una labor social” de poner el reflector otra vez hacia estas obras para que lleguen a las generaciones más jóvenes. “Lo hice con Andersen, con Charles Dickens, con Mary Shelley, desde diferentes acepciones, con Dickens hice una especie de segunda parte de Canción de Navidad, con Mary Shelly tomé su Frankenstein e hice un ‘retelling’ (reescritura o reinterpretación), también con los cuentos de Andersen hice una especie de retelling, y ahora con Edgar Allan Poe hubo más distancia porque en realidad hay mucha mención a la obra, de hecho es el móvil principal, pero aquí no le metí mano, nomás hay mucha mención”, asegura Malpica al hablar de su nueva novela para jóvenes, El juego del protagonista sin nombre (Gran