Para Emma Heming, la idea de vivir separada de su esposo Bruce Willis nunca estuvo en sus planes. Sin embargo, con el avance de la demencia frontotemporal que padece el actor, la modelo decidió trasladarlo a una segunda casa, un espacio más cómodo y adaptado a sus necesidades. En su libro The unexpected journey: finding strength, hope, and yourself on the caregiving path, Heming recuerda cómo fue aquel momento: “Hemos llegado a un punto en la enfermedad de papá en el que los cuidados que requiere están cambiando. Deben adaptarse a cada una de sus necesidades”. Emma también quiso que las niñas entendieran que este cambio traería beneficios para ellas. “Papá querría que tuvieran juegos con amigas, pijamadas y más libertad de la que han tenido aquí. Eso lo haría muy feliz”, añade la autora. En la nueva casa incluso guardan juguetes, manualidades y pijamas para convivir con su padre en un entorno familiar. ¿Cómo reaccionaron las hijas de Bruce Willis? Si bien el anuncio fue duro, Mabel y Evelyn comprendieron que
Bruce Willis ya no convive con sus hijas
Para Emma Heming, la idea de vivir separada de su esposo Bruce Willis nunca estuvo en sus planes. Sin embargo, con el avance de la demencia frontotemporal que padece el actor, la modelo decidió trasladarlo a una segunda casa, un espacio más cómodo y adaptado a sus necesidades. En su libro The unexpected journey: finding strength, hope, and yourself on the caregiving path, Heming recuerda cómo fue aquel momento: “Hemos llegado a un punto en la enfermedad de papá en el que los cuidados que requiere están cambiando. Deben adaptarse a cada una de sus necesidades”. Emma también quiso que las niñas entendieran que este cambio traería beneficios para ellas. “Papá querría que tuvieran juegos con amigas, pijamadas y más libertad de la que han tenido aquí. Eso lo haría muy feliz”, añade la autora. En la nueva casa incluso guardan juguetes, manualidades y pijamas para convivir con su padre en un entorno familiar. ¿Cómo reaccionaron las hijas de Bruce Willis? Si bien el anuncio fue duro, Mabel y Evelyn comprendieron que