Calderón de la Barca vuelve adaptado

Para Andrés Carreño, director y autor de la versión de El gran teatro del mundo, que se presenta en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el mayor reto de adaptar a Pedro Calderón de la Barca fue convertir un auto sacramental en una cuestión social y política. “Yo trato de preguntar si hay un guión preestablecido, y hago una analogía con otras preguntas: ¿hay movilidad social o no?, ¿el papel que nos toca representar en una obra de teatro o en la sociedad es inamovible? Y preguntar también qué tanto en la vida proviene de nuestro libre albedrío y qué tanto, tal vez, fue marcado por un destino que marca el propio final”, señala. Los clásicos, continúa Carreño, se volvieron clásicos porque alcanzaron estructuras dramáticas infalibles, de perfección absoluta, además de seguir haciéndole preguntas ontológicas al lector. Preguntas que las personas se hacen en ciertos momentos de la vida, que ahondan en la complejidad de la raza humana y que, en Calderón de la Barca,