Carlos Acosta baila Al ritmo del corazón

No fue un niño aplicado. Huía de sus clases de ballet para irse a jugar futbol en el paisaje cubano en el que nació o lo corrían por rebelde. Aun así, el pequeño Carlos Acosta, hijo de un camionero, nieto de esclavos y sin dinero, se volvió un referente mundial del ballet, se convirtió en el primer “Romeo negro”. Carlos es miembro permanente del Royal Ballet, ha ganado medallas de oro y recibido múltiples premios. Ha sido parte de compañías como el English National Ballet, el Ballet Nacional de Cuba o el Ballet de Houston; también creó su propia compañía, Acosta Danza, con la que hoy recorre el mundo. ¿Cómo es que un niño rebelde, con tantas desventajas (económicas, familiares, de actitud e incluso raciales) lo logró? Él mismo lo cuenta en el libro No way home, que el año pasado inspiró la película Al ritmo del corazón (o Yuli) de la mano de la directora Icíar Bollaín y con guión de Paul Laverty. En entrevista, Icíar habló del maravilloso viaje que fue hacer esta historia de vida. “Hay una cosa de Carlos que