Carlos de la Cruz, poemas de su adolescencia

El libro Rama y Roma surge como un juego de palabras durante una espiral de sueños en su juventud, “divino tesoro”, como diría Rubén Darío, “tan frágil y pasajera que se va para no volver, nos queda la esperanza de mirar los recuerdos plasmados en unas líneas que conservan parte de nuestra vida y se vuelven poesía si sabemos encontrar la táctica y estrategia correcta mediante palabras deleitables”, según mencionó Carlos de la Cruz. Este trabajo del poeta y maestro de educación básica en el sistema de Telesecundarias es en realidad un canto al amor, al desamor, a la desilusión y a esos sueños furtivos, muchas veces truncados y olvidados con el paso del tiempo. El autor del poemario, que fue editado bajo sus propios recursos, escribe a manera de prólogo: “En este pequeño rincón de sentimientos encontrarás poemas que surgieron de una espiral de mi vida y que espero sean para que te inspiren a ti o a la persona que te roba la mirada cada mañana”. En las primeras páginas de Rama y Roma se entrega “Utopía”, un cant