Claves sobre el sacrificio: detrás del Tzompantli

Cuando los españoles llegaron hace 500 años a la Gran Tenochtitlán, una imagen que les horrorizó fue la de las empalizadas con cabezas de sacrificados que se exhibían en el centro del poder mexica. Ese relato de los crueles sacrificios para honrar a su dios Huitzilopochtli se ha reproducido durante siglos y se ha convertido ya en una imagen popular que identifica a este pueblo guerrero. Hasta ahora, la única información que se tenía sobre esas prácticas es la descrita por los cronistas españoles, pero desde que en 2015 aparecieron en la calle de Guatemala las primeras pistas del Huei Tzompantli y una estructura circular asociada, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) consideran tener en los cráneos ahí recuperados las claves para descifrar ese ritual del que tanto se habla pero se conoce poco. En un pequeño cuarto del edificio ubicado al final de la calle de Seminario, en el centro histórico, unas cajas negras se apilan en dos grandes estantes. Sobre una mesa alargada hay una se