“Concibieron la colección como el hijo que no pudieron tener”, fue como el curador francés Pierre Schneider describió el valor que tenía para sus amigos Jacques y Natasha Gelman la colección de arte moderno mexicano que conformaron durante más de 40 años. El noviembre del año pasado ese acervo se dispersó en una cuestionable subasta de Sotheby’s que rayó en el remate, contraviniendo las voluntades de sus propietarios y poniendo en riesgo el patrimonio de arte mexicano. Inicio Todo comenzó en los años 40, cuando el productor de cine y socio de Mario Moreno, “Cantinflas”, Jacques Gelman y su esposa Natasha iniciaron sus dos colecciones, una de arte moderno europeo —con relevantes obras como Thérèse Dreaming, de Balthus— que fue donada al Museo Metropolitano de Nueva York; la otra, de arte moderno mexicano, en la que el matrimonio reunió más de 90 pinturas de artistas, entre los que se encuentran Rufino Tamayo, María Izquierdo, Ángel Zárraga, Gunther Gerzso, Carlos Mérida, David Alfaro Siqueiros y Leonora Carri
Colección Gelman, un desastre anunciado
“Concibieron la colección como el hijo que no pudieron tener”, fue como el curador francés Pierre Schneider describió el valor que tenía para sus amigos Jacques y Natasha Gelman la colección de arte moderno mexicano que conformaron durante más de 40 años. El noviembre del año pasado ese acervo se dispersó en una cuestionable subasta de Sotheby’s que rayó en el remate, contraviniendo las voluntades de sus propietarios y poniendo en riesgo el patrimonio de arte mexicano. Inicio Todo comenzó en los años 40, cuando el productor de cine y socio de Mario Moreno, “Cantinflas”, Jacques Gelman y su esposa Natasha iniciaron sus dos colecciones, una de arte moderno europeo —con relevantes obras como Thérèse Dreaming, de Balthus— que fue donada al Museo Metropolitano de Nueva York; la otra, de arte moderno mexicano, en la que el matrimonio reunió más de 90 pinturas de artistas, entre los que se encuentran Rufino Tamayo, María Izquierdo, Ángel Zárraga, Gunther Gerzso, Carlos Mérida, David Alfaro Siqueiros y Leonora Carri