Cómo Bram Stoker creó al vampiro inmortal

Abraham Stoker nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, un suburbio costero al norte de Dublín, Irlanda. Hijo de un funcionario público, fue el tercero de siete hermanos; su infancia estuvo marcada por la enfermedad: pasó los primeros siete años de su vida postrado en cama por causas desconocidas. Durante ese tiempo, su madre, Charlotte Thornley, le contaba historias de fantasmas, pestes y aparecidos, propias del folclore irlandés. Aquellas narraciones macabras, unidas a la soledad del encierro, sembraron en el pequeño Bram la fascinación por el misterio y lo sobrenatural que más tarde definiría su obra. Superada la infancia, Stoker se convirtió en un joven robusto y activo, estudiando Matemáticas y Ciencias en el Trinity College de Dublín, donde también destacó como atleta y orador. A los 24 años ya trabajaba como funcionario y escribía críticas teatrales para el Dublin Evening Mail, propiedad de Sheridan Le Fanu, autor de Carmilla, una historia de vampiros publicada años antes de Drácula. En 1878 se cas