En el mundo de la comedia mexicana pocos personajes han dejado una huella tan entrañable como el Compayito. Desde su primera aparición en 2002, esta peculiar marioneta de mano, interpretada por Edson Zúñiga, ha conquistado audiencias con su humor pícaro y su inconfundible estilo juguetón. El comediante, cansado de ver extranjeros trayendo humor a nuestras infancias, ahora tiene un nuevo objetivo: crear contenido de comedia específicamente para público infantil, proyecto que lleva tiempo gestándose, pero que promete ofrecer un mensaje educativo y culturalmente relevante para infancias. “Soy papá, tengo una hija de 22 años y un niño de cuatro. Me incomoda que venga tanto espectáculo extranjero a imponer realidades que no son nuestras”, señaló Zúñiga. Su propuesta, explicó, busca conectar con la niñez mexicana a través de temas como el reciclaje y el uso de energías renovables, sin caer en estereotipos negativos. “Yo tampoco voy a decir que mi pueblo es narcotraficante a un niño, ¿no? Pero sí que podemos hacer m
Compayito quiere hacer reír a infancias
En el mundo de la comedia mexicana pocos personajes han dejado una huella tan entrañable como el Compayito. Desde su primera aparición en 2002, esta peculiar marioneta de mano, interpretada por Edson Zúñiga, ha conquistado audiencias con su humor pícaro y su inconfundible estilo juguetón. El comediante, cansado de ver extranjeros trayendo humor a nuestras infancias, ahora tiene un nuevo objetivo: crear contenido de comedia específicamente para público infantil, proyecto que lleva tiempo gestándose, pero que promete ofrecer un mensaje educativo y culturalmente relevante para infancias. “Soy papá, tengo una hija de 22 años y un niño de cuatro. Me incomoda que venga tanto espectáculo extranjero a imponer realidades que no son nuestras”, señaló Zúñiga. Su propuesta, explicó, busca conectar con la niñez mexicana a través de temas como el reciclaje y el uso de energías renovables, sin caer en estereotipos negativos. “Yo tampoco voy a decir que mi pueblo es narcotraficante a un niño, ¿no? Pero sí que podemos hacer m