Cortázar sigue vivo en Buenos Aires

La capital argentina bien podría crear “la ruta Cortázar” porque admiradores de diversos países buscan señales del autor de Rayuela, Historias de Famas y Cronopios y Final de Juego, entre muchos otros clásicos de la literatura latinoamericana. Un discreto cartel anuncia la Plazoleta Julio Cortázar en el centro del Barrio de Palermo, un lugar rodeado de bares y restaurantes, epicentro de las agitadas noches porteñas. También en Palermo, se encuentra el Café Cortázar que invita menú literario y que permite leer obras del autor que están a disposición de los clientes. La rayuela que identifica la obra de Cortázar está plasmada en una de las paredes, pero la exhibición es amplia e incluye fotografías, collages, dibujos, poemas y citas del escritor. Este es el primer y hasta ahora el único bar temático de la obra de Cortázar y a tono con su espíritu lúdico, ofrece las ensaladas Rayuela (rúcula, champiñones, salmón ahumado, palta y queso crema) y La Maga (rúcula y espinaca, croutones, salmón, queso parmesano y nuec