En la hora más calurosa, las calles vestidas de piedras y baches; luego, en la próxima esquina a la derecha, ahí vive el señor. Llegamos a la casa de Juan Ruega González, un hombre sexagenario, delgado, serio pero muy atento. Bajamos del automóvil, una Ram, y el señor ya estaba por la puerta para recibirnos en su casa de ladrillos y techo de láminas, adornada con fotos familiares. "Buenas tardes, don Juan, venimos a registrar la música y danza de Yomo Etze, así como lo habíamos platicado por teléfono". Inmediatamente nos dio la mano. "Pásenle, los músicos llegarán a las cuatro, pero entren, por favor, vamos a comenzar a las cuatro de la tarde, y aquí vendrán a vestirse", fue su respuesta. En la sala, las sillas también ya nos esperaban, y una por una ordenó las sillas don Juan. "Les ruego que se sienten" dijo. "Gracias". "Gracias". "Gracias". Se escuchó. El calor enfurecido, seguía entre nosotros. "Bajemos el equipo". Instruyó el antropólogo José Espinosa Sánchez, quien dirige La Voz de los Vientos, la emisor
Crónica de Yomo Etze y la música
En la hora más calurosa, las calles vestidas de piedras y baches; luego, en la próxima esquina a la derecha, ahí vive el señor. Llegamos a la casa de Juan Ruega González, un hombre sexagenario, delgado, serio pero muy atento. Bajamos del automóvil, una Ram, y el señor ya estaba por la puerta para recibirnos en su casa de ladrillos y techo de láminas, adornada con fotos familiares. "Buenas tardes, don Juan, venimos a registrar la música y danza de Yomo Etze, así como lo habíamos platicado por teléfono". Inmediatamente nos dio la mano. "Pásenle, los músicos llegarán a las cuatro, pero entren, por favor, vamos a comenzar a las cuatro de la tarde, y aquí vendrán a vestirse", fue su respuesta. En la sala, las sillas también ya nos esperaban, y una por una ordenó las sillas don Juan. "Les ruego que se sienten" dijo. "Gracias". "Gracias". "Gracias". Se escuchó. El calor enfurecido, seguía entre nosotros. "Bajemos el equipo". Instruyó el antropólogo José Espinosa Sánchez, quien dirige La Voz de los Vientos, la emisor