DESCAPADA

El agua se precipita desde una altura de 70 metros y el enorme río parece desplomarse sobre sí mismo. Podría tratarse del decorado perfecto para una superproducción cinematográfica; sin embargo, las cataratas del Iguazú, en Brasil, no son el resultado de efectos especiales. Este impresionante y sugerente escenario se encuentra en la frontera entre el sur de Brasil, Argentina y Paraguay. Descubiertas en el siglo XVI, hoy en día estas cataratas se han convertido en una atracción turística imprescindible y están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dado el enorme interés que suscita este espectáculo de la naturaleza, en la zona existe una red de hoteles con capacidad para albergar a cerca de 22.000 personas.