Los fanáticos del ánime están emocionados con uno de los lanzamientos de este otoño de Prime Video: Sanda, una historia que se desarrolla en un Japón futurista donde la tasa de natalidad es casi nula, razón por la que los niños ocupan un estatus social más alto a comparación a los adultos. En ese Japón imaginario, tradiciones como la Navidad ya son un recuerdo lejano y personajes como Santa Claus son considerados peligrosos, razón por la que ha sido prácticamente suprimido debido a una extraña maldición. En los últimos días del año, Sanda Kazushige descubre que su compañera de clase Shiori Fuyumura tiene planes de matarlo. Pueden ser dos las razones para hacerlo: la primera es que todo parece indicar que el joven tiene una conexión con el mítico Santa Claus; la otra es que está desesperada por la desaparición de Ono, una de sus amigos. La campaña de lanzamiento de la serie fue diseñada a la medida de la historia, pues exactamente a la medianoche del día de Navidad de 2024 en Japón, las cuentas oficiales de Sa
El ánime en el que Santa es malo
Los fanáticos del ánime están emocionados con uno de los lanzamientos de este otoño de Prime Video: Sanda, una historia que se desarrolla en un Japón futurista donde la tasa de natalidad es casi nula, razón por la que los niños ocupan un estatus social más alto a comparación a los adultos. En ese Japón imaginario, tradiciones como la Navidad ya son un recuerdo lejano y personajes como Santa Claus son considerados peligrosos, razón por la que ha sido prácticamente suprimido debido a una extraña maldición. En los últimos días del año, Sanda Kazushige descubre que su compañera de clase Shiori Fuyumura tiene planes de matarlo. Pueden ser dos las razones para hacerlo: la primera es que todo parece indicar que el joven tiene una conexión con el mítico Santa Claus; la otra es que está desesperada por la desaparición de Ono, una de sus amigos. La campaña de lanzamiento de la serie fue diseñada a la medida de la historia, pues exactamente a la medianoche del día de Navidad de 2024 en Japón, las cuentas oficiales de Sa