El cómic mexicano, consumido por internet

El cómic mexicano pasa por las últimas fases de una transformación. Muerta la era de la historieta industrial, que en la década de 1970 publicó hasta seis millones de ejemplares mensuales de Lágrimas y Risas y otros tantos de Kalimán, hoy generalmente se presenta primero en Internet y ya no está a la venta en los puestos de periódicos, sino en librerías, tiendas especializadas y actos que tienen al cómic de tema principal. Mario Guevara, quien comenzó su carrera de ilustrador en Editorial Ejea y hoy publica su trabajo en empresas estadunidenses y europeas, recordó que para los años 80 “la historieta mexicana estaba en su apogeo, convivía con el cine y la televisión, tenía la misma difusión e igual o más importancia. Los historietistas eran tratados como artistas, se les pagaba muy bien y había mucho trabajo. Era muy fácil entrar a laborar al medio sin tener mucho nivel, porque se necesitaba gente que hiciera el trabajo”. De acuerdo con Mario, los tirajes comenzaron a reducirse a principios de la década de 19