El legado de Ariel Camacho

Ariel Camacho nació en Sinaloa, una tierra donde la música forma parte de la vida cotidiana y donde los corridos se escuchan como relatos vivos de la calle, del campo y de la familia. Desde muy joven mostró una sensibilidad especial por la música, una inclinación natural que no venía del deseo de fama, sino de la necesidad de expresarse. Quienes lo conocieron en su infancia recuerdan a un muchacho tranquilo, observador, con una guitarra siempre cerca y una curiosidad constante por aprender nuevos acordes. Desde temprana edad, Ariel encontró en la guitarra su mejor aliada. No era un instrumento lujoso ni sofisticado, pero en sus manos se transformaba en una herramienta poderosa para contar historias. Aprendió de manera autodidacta, escuchando a otros músicos, practicando incansablemente y desarrollando un estilo propio que más tarde se convertiría en su sello personal; su forma de tocar rompía con lo tradicional, apostando por arreglos sencillos pero profundamente emotivos. Primeros años La adolescencia de Ari