El martirio de San Andrés llega al Munal

Una sala completa del Museo Nacional de Arte para una sola obra: El martirio de San Andrés, de Peter Paul Rubens. Es un lienzo de casi cuatro metros de altura del pintor flamenco, una obra singular en muchos sentidos: fue una de las últimas que el pintó, la hizo en un momento cumbre de su creación y en ella casi no intervinieron los discípulos —como era frecuente en la época—. El historiador de arte Héctor Palhares Meza, coordinador de Curaduría del Museo Nacional de Arte, aseguró que 90 % del lienzo es obra del artista y que sus detalles hablan de un momento de clímax en la creación de Rubens. La propuesta de esta exposición de una obra es que dialogue con piezas nacionales (tal es el fin del Museo Nacional de Arte), que la pintura de Rubens instalada en una de las primeras salas del Museo lleve a los espectadores hasta las salas del segundo piso donde están obras de creadores novohispanos que se vieron influidos por el flamenco: José Juárez, Miguel Cabrera, Cristóbal de Villalpando y Baltasar de Echave y