El origen profundo y espiritual del Butoh

Una idea conocida —que la danza Butoh surgió como una representación del sufrimiento de las víctimas de las bombas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945— no es certera, explica Sakiko Yokoo, directora de EKO Casa de Cultura Japonesa, A. C., y traductora y editora del libro Al desaparecer van naciendo. La poética Butoh de Natsu Nakajima, que se presenta el 24 de febrero, a las 13:00 horas, en el vestíbulo de la Casa Miguel Alemán del Centro Cultural Los Pinos. La maestra Natsu Nakajima —continúa Yokoo— es una de las grandes divulgadoras del Butoh en México; sobreviviente de la primera generación de artistas de dicho género y única discípula de Tatsumi Hijikata y Kazuo Ono, dos grandes fundadores de la tradición. Espartaco Martínez, autor del epílogo del libro, complementa que la maestra Natsu decía que la teoría de que el Butoh hace referencia al dolor de la posguerra fue planteada por un crítico estadounidense, “y ese estigma se quedó para siempre. Si bien, el Butoh es una propuesta