Durante las grabaciones de la telenovela Vivir de amor, el primer actor Eric del Castillo se vio involucrado en una situación incómoda al sufrir un fuerte accidente en su mano. En declaraciones compartidas por el periodista Edén Dorantes, en Youtube, el famoso explicó algunos detalles sobre el incidente, revelando que ocurrió mientras se desarrollaba una escena de pelea entre los personajes interpretados por Emmanuel Palomares y Juan Diego Covarrubias. Del Castillo explicó cómo un cuadro desprendido de la pared golpeó su mano, causando la lesión. En medio de la situación, recordó el momento en que la sangre comenzó a brotar y tuvo que ser atendido de inmediato por los paramédicos de Televisa. “Se espantaron porque me salió un chorro de sangre”, comentó, agregando con humor que preguntó a sus colegas, que en ese momento estaban presentes. “No se me cayó el dedo, ¿verdad?”, dijo para aliviar un poco la tensión. Aunque la herida parecía significativa, el actor compartió que, sorprendentemente, no requirió sutura
Eric del Castillo se lastimó en el set
Durante las grabaciones de la telenovela Vivir de amor, el primer actor Eric del Castillo se vio involucrado en una situación incómoda al sufrir un fuerte accidente en su mano. En declaraciones compartidas por el periodista Edén Dorantes, en Youtube, el famoso explicó algunos detalles sobre el incidente, revelando que ocurrió mientras se desarrollaba una escena de pelea entre los personajes interpretados por Emmanuel Palomares y Juan Diego Covarrubias. Del Castillo explicó cómo un cuadro desprendido de la pared golpeó su mano, causando la lesión. En medio de la situación, recordó el momento en que la sangre comenzó a brotar y tuvo que ser atendido de inmediato por los paramédicos de Televisa. “Se espantaron porque me salió un chorro de sangre”, comentó, agregando con humor que preguntó a sus colegas, que en ese momento estaban presentes. “No se me cayó el dedo, ¿verdad?”, dijo para aliviar un poco la tensión. Aunque la herida parecía significativa, el actor compartió que, sorprendentemente, no requirió sutura