Sentado, solo, en un sillón, en medio de una sala repleta de personas atentas a su palabra y pendientes de cualquier gesto de ese hombre vestido de negro, de cabello cano y largo, atado en una coleta, Jon Fosse, el dramaturgo, poeta y narrador noruego que este domingo 10 de diciembre, como es tradición, recibirá el Premio Nobel de Literatura 2023 por una obra “que nombra lo indecible”, se recuperó a sí mismo, al autor sin recursos económicos y al niño tímido que fue, ese estudiante que abandonó el salón de clases embargado por el miedo que le impidió leer en voz alta. Recordó que ese gran temor a hablar en público determinó su entrada a la literatura, donde ha buscado, por todos los medios “nombrar el silencio”. De alguna manera, afirmó el Nobel, ese miedo le había quitado el lenguaje y supo que él tenía que retomarlo, “y sí yo iba a hacer eso, no podía ser en los términos de otras personas sino en los míos. Empecé a escribir mis propios textos, poemas cortos, cuentos cortos, y descubrí que al hacerlo me daba
Escribir es una comunión: Jon Fosse
Sentado, solo, en un sillón, en medio de una sala repleta de personas atentas a su palabra y pendientes de cualquier gesto de ese hombre vestido de negro, de cabello cano y largo, atado en una coleta, Jon Fosse, el dramaturgo, poeta y narrador noruego que este domingo 10 de diciembre, como es tradición, recibirá el Premio Nobel de Literatura 2023 por una obra “que nombra lo indecible”, se recuperó a sí mismo, al autor sin recursos económicos y al niño tímido que fue, ese estudiante que abandonó el salón de clases embargado por el miedo que le impidió leer en voz alta. Recordó que ese gran temor a hablar en público determinó su entrada a la literatura, donde ha buscado, por todos los medios “nombrar el silencio”. De alguna manera, afirmó el Nobel, ese miedo le había quitado el lenguaje y supo que él tenía que retomarlo, “y sí yo iba a hacer eso, no podía ser en los términos de otras personas sino en los míos. Empecé a escribir mis propios textos, poemas cortos, cuentos cortos, y descubrí que al hacerlo me daba