Exploran ángulos de la depredación

Una sociedad sibarita que consume carne humana, un hombre que enfrenta un brote psicótico en pleno aeropuerto, extranjeros que acuden al Parque Nacional Kruger (Sudáfrica) y apuestan por la caza furtiva o una casa afantasmada en el Desierto de los Leones habitada por infrahumanos y descarnados, son algunas de las imágenes que habitan Rey Lepra (Almadía), de Bernardo Esquinca (1972), antología de 12 relatos que transpiran realismo sobrenatural. La mayoría de los personajes que acompañan a Bernardo, protagonista en la antología, cumplen la función de ser un espejo de las preocupaciones del narrador. Y, además, algo que salió de manera natural es una especie de crítica a este sistema predatorio que vivimos, tanto como individuos como sociedad”, explica Esquinca en entrevista. “Estamos depredando todo el tiempo, pero también somos depredados; y no solo me refiero a la comida y a los animales, sino a los cuerpos, y a este capitalismo insostenible en el que vivimos, y en el que el individuo está sometido. Es algo q