“Uno va creando sus personajes sagrados, como si uno mismo fuera una pequeña aldea con sus propios espíritus y demonios en sus alrededores: en la casa, en el bosque, en el castillo, en el jardín. Uno va creando su pequeña micromitología. Siento que mis cuadros son un poco el reflejo de eso, de una micromitología de mi mundo interno; siento que mis personajes tienen mucho esas formas. Procuro no hablar del mundo externo o algo que pasó de forma concreta, sino que a veces me inspiro en un cuento de hadas o un mito. Me interesa que el primer impulso que me lleva a crear una imagen esté conectado con algunos sentimientos muy profundos”, explica, en entrevista, el pintor al óleo Guillermo Lorca García-Huidobro, cuya obra se ha utilizado para ilustrar las portadas de Extrañas, de Guillermo Arriaga, y Un lugar soleado para gente sombría, de Mariana Enríquez. Aunque sus apellidos parecen emparentarlo con el autor del Romancero gitano y Poeta en Nueva York, Lorca explica que esto se debe a una coincidencia curiosa y q
Guillermo Lorca explora su mundo
“Uno va creando sus personajes sagrados, como si uno mismo fuera una pequeña aldea con sus propios espíritus y demonios en sus alrededores: en la casa, en el bosque, en el castillo, en el jardín. Uno va creando su pequeña micromitología. Siento que mis cuadros son un poco el reflejo de eso, de una micromitología de mi mundo interno; siento que mis personajes tienen mucho esas formas. Procuro no hablar del mundo externo o algo que pasó de forma concreta, sino que a veces me inspiro en un cuento de hadas o un mito. Me interesa que el primer impulso que me lleva a crear una imagen esté conectado con algunos sentimientos muy profundos”, explica, en entrevista, el pintor al óleo Guillermo Lorca García-Huidobro, cuya obra se ha utilizado para ilustrar las portadas de Extrañas, de Guillermo Arriaga, y Un lugar soleado para gente sombría, de Mariana Enríquez. Aunque sus apellidos parecen emparentarlo con el autor del Romancero gitano y Poeta en Nueva York, Lorca explica que esto se debe a una coincidencia curiosa y q