Hablan de cultura e iniciativa privada

El conocimiento de la curandera mazateca María Sabina sobre el uso ceremonial y curativo de los hongos alucinógenos, en Huautla de Jiménez (Oaxaca), se transformó de ritual en mercancía; el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan (Veracruz), que buscaba en sus inicios la promoción musical, es ahora un foro de ventas y exhibición; y las haciendas henequeneras de Yucatán han dejado de ser sitios históricos para convertirse en hoteles de lujo, que invitan al visitante a sentirse como un hacendado. Además, está la construcción de “identidades falsas”, como los Pueblos Mágicos, que exigen a sus habitantes producir un tipo de artesanía, de gastronomía y fachadas homogéneas en sus casas, en aras del turismo; y la creación, a partir de los discursos nacional, de representantes populares que se parecen entre sí, como el gaucho argentino, el guaso chileno, el criollo peruano, el chagra en Ecuador, el llanero en Colombia y Venezuela o el charro en México. Estos estereotipos, fenómenos o actividades son un ejemplo, afirma