Por más de una semana, Harold Torres entrenó con militares para entender los códigos, uso de armas y hasta la forma de marchar para su personaje en la serie Zero, zero, zero, presentada en el Festival de Venecia. La producción, basada en el libro de Roberto Saviano (Gomorra), muestra el tren de la cocaína que hay entre Italia, Marruecos, Estados Unidos y México. "Se verá cómo hay una relación directa o indirecta, todo el tiempo, en el mundo sobre eso. Hay campañas apoyadas por la drogas, pone en tela de juicio quienes son los buenos o malos y México se va a ver retratado con este caos, esta mezcla de cosas", apunta el histrión desde aquella ciudad italiana. Zero, zero, zero, de Amazon Prime Video y para su capítulo México, se rodó en locaciones de la capital, el Estado de México y Veracruz. En julio del año pasado un video que mostraba a un comando rodeando un autobús en calles del municipio de Nezahualcóyotl se hizo viral, pensando era un ataque real, cuando realmente era una de las secuencias. Noé Hernández
Harold Torres aprendió a usar armas
Por más de una semana, Harold Torres entrenó con militares para entender los códigos, uso de armas y hasta la forma de marchar para su personaje en la serie Zero, zero, zero, presentada en el Festival de Venecia. La producción, basada en el libro de Roberto Saviano (Gomorra), muestra el tren de la cocaína que hay entre Italia, Marruecos, Estados Unidos y México. "Se verá cómo hay una relación directa o indirecta, todo el tiempo, en el mundo sobre eso. Hay campañas apoyadas por la drogas, pone en tela de juicio quienes son los buenos o malos y México se va a ver retratado con este caos, esta mezcla de cosas", apunta el histrión desde aquella ciudad italiana. Zero, zero, zero, de Amazon Prime Video y para su capítulo México, se rodó en locaciones de la capital, el Estado de México y Veracruz. En julio del año pasado un video que mostraba a un comando rodeando un autobús en calles del municipio de Nezahualcóyotl se hizo viral, pensando era un ataque real, cuando realmente era una de las secuencias. Noé Hernández