Iker Larrauri, pilar de la museografía mexicana

Capaz de plantear un viaje por el universo con el simple trazo de un lápiz, como lo describen sus discípulos, es autor de la escultura en bronce Caracol o Sol de viento, ubicada en el estanque del patio central del Museo Nacional de Antropología (MNA), donde también creó los murales La fauna pleistocénica y El Paso de Bering. Sobre todo, Larrauri Prado fue uno de los pilares de la escuela mexicana de museografía, “con una visión profunda y enorme que reflexiona acerca de otras maneras de trabajar, luego de la crisis que afrontó en los años 60 la museología por el elitismo en el que estaban enfrascados esos recintos. “Iker buscó otras maneras de trabajar esos espacios, no solo para democratizar las colecciones privadas de los grandes imperios, sino para encontrar la manera de que las comunidades se expresaran como lo que son y que hoy llamamos patrimonio biocultural”, recordó Marco Barrera-Bassols, alumno de Larrauri. Fue así como el maestro, añadió, creó los museos escolares “para depositar en los maestros, j