Kobén es un niño que siente miedo cada vez que se mira al espejo. Un día percibe un aleteo en su corazón y se decide a hacer un viaje a su interior. En su periplo lo acompañan extraños personajes, sueños y pesadillas con infinidad de guiños al arte popular mexicano. Los lectores son parte de ese viaje a la imaginación, ilustrado por el diseñador gráfico Edgar Flores, conocido como Saner. Se trata del libro para niños Kobén: un viaje dentro del corazón, publicado por la editorial española Edelvives, un proyecto que pretende ser “más mexicano que nadie”. Saner (palabra tomada del inglés, que quiere decir más sano mentalmente) se inició como grafitero. Luego de concluir sus estudios de diseño gráfico en la Universidad Nacional Autónoma de México, se ha dedicado al muralismo. Su obra ha sido expuesta en lugares públicos y privados en el país, Estados Unidos y Europa. Fue precisamente en el Museo Nacional de Culturas Populares donde el director editorial de Edelvives, David Morrison, descubrió uno de los trabajos
Ilustran libro infantil con arte popular mexicano
Kobén es un niño que siente miedo cada vez que se mira al espejo. Un día percibe un aleteo en su corazón y se decide a hacer un viaje a su interior. En su periplo lo acompañan extraños personajes, sueños y pesadillas con infinidad de guiños al arte popular mexicano. Los lectores son parte de ese viaje a la imaginación, ilustrado por el diseñador gráfico Edgar Flores, conocido como Saner. Se trata del libro para niños Kobén: un viaje dentro del corazón, publicado por la editorial española Edelvives, un proyecto que pretende ser “más mexicano que nadie”. Saner (palabra tomada del inglés, que quiere decir más sano mentalmente) se inició como grafitero. Luego de concluir sus estudios de diseño gráfico en la Universidad Nacional Autónoma de México, se ha dedicado al muralismo. Su obra ha sido expuesta en lugares públicos y privados en el país, Estados Unidos y Europa. Fue precisamente en el Museo Nacional de Culturas Populares donde el director editorial de Edelvives, David Morrison, descubrió uno de los trabajos