Inventando a Anna

Las historias de ricos y famosos estadounidenses suelen ser un extraordinario material para series televisivas como bien lo prueban productos como Succession, Billions y muchos otros. Hay, convengamos, un placer entre aspiracional y morboso en ver las lujosas vidas y experiencias de personas que viven en un universo al que el 99 por ciento de los mortales no tiene acceso. Los nuevos y muy jóvenes millonarios de compañías online, además, transformaron a estos mundos en algo cool, idealizados vía Instagram, en donde suelen aparecer acompañados de estrellas de hip-hop, celebridades varias y en los lugares más paradisíacos del mundo. Es, claramente, un lugar en el que muchos quisieran vivir. Y si bien las series en cuestión muestran los problemas de esa vida, los ascensos y caídas de muchos de los que viven así, es difícil quitar la impresión de que la experiencia puede ser fascinante. Por más que uno termine después pagándolo con la cárcel. La historia de Anna Delvey (Sorokin, en realidad) es una de esas que pa