Josh Hutcherson fue, para millones de jóvenes que hoy son adultos, uno de los rostros más icónicos de toda una generación. Encarnó a Peeta Mellark, el muchacho sensible de Los Juegos del Hambre que sobrevivía a la violencia desde la empatía, la lealtad y una ternura poco común en el cine juvenil de inicios de los 2010. Pero en 2023, todavía a la sombra de aquella saga, su interpretación de Mike Schmidt en Five Nights at Freddy’s lo mostró distinto: igual de humano, pero roto y silencioso, obligado a mirar zonas que el ingenuo Peeta nunca se atrevió a tocar. “Intentar proteger a alguien mientras tú mismo estás roto… eso es lo más humano de Mike. Cuando pierdes a un familiar, sabes que debes apoyar a los demás aun con tu propio dolor”, destaca el actor sobre su personaje en esta cinta. Inspirada en el videojuego del mismo nombre, Hutcherson interpretó a un guardia nocturno que un día descubre que los animatrónicos de una pizzería, llamada Freddy Fazbear’s, están poseídos por espíritus de niños. Esto lo obligó a
Josh Hutcherson juega por la familia
Josh Hutcherson fue, para millones de jóvenes que hoy son adultos, uno de los rostros más icónicos de toda una generación. Encarnó a Peeta Mellark, el muchacho sensible de Los Juegos del Hambre que sobrevivía a la violencia desde la empatía, la lealtad y una ternura poco común en el cine juvenil de inicios de los 2010. Pero en 2023, todavía a la sombra de aquella saga, su interpretación de Mike Schmidt en Five Nights at Freddy’s lo mostró distinto: igual de humano, pero roto y silencioso, obligado a mirar zonas que el ingenuo Peeta nunca se atrevió a tocar. “Intentar proteger a alguien mientras tú mismo estás roto… eso es lo más humano de Mike. Cuando pierdes a un familiar, sabes que debes apoyar a los demás aun con tu propio dolor”, destaca el actor sobre su personaje en esta cinta. Inspirada en el videojuego del mismo nombre, Hutcherson interpretó a un guardia nocturno que un día descubre que los animatrónicos de una pizzería, llamada Freddy Fazbear’s, están poseídos por espíritus de niños. Esto lo obligó a