Rosita Quintana no quería protagonizar Susana, la película que dirigió Luis Buñuel en 1951, donde una mujer muy sensual y sin límites se involucra con un hombre casado mucho mayor que ella, interpretado por el actor Fernando Soler, quien cayó rendido a sus encantos. En los carteles de la época, la cinta se anunciaba con una advertencia: “En todo matrimonio hay un problema, y en todo problema una mujer ‘tan inocente’ como Susana”, así decía el promocional donde la actriz, de entonces 26 años aparece enseñando las piernas y presumiendo de un coqueto escote. La cinta se estrenó en el teatro Metropólitan, sus protagonistas Fernando Soler, Rosita Quintana y Víctor Manuel Mendoza eran éxito seguro para la taquilla de la época cuando el adulterio era un tema tabú. Quintana, nacida en Buenos Aires, el 16 de julio de 1925 batalló para encarnar a Susana, ya que este personaje contrastaba con la esencia tímida de la actriz que debutó en México cantando tangos en El Patio. Estrella Rosita se enamoró del México campirano
La argentina que sedujo a Fernando Soler
Rosita Quintana no quería protagonizar Susana, la película que dirigió Luis Buñuel en 1951, donde una mujer muy sensual y sin límites se involucra con un hombre casado mucho mayor que ella, interpretado por el actor Fernando Soler, quien cayó rendido a sus encantos. En los carteles de la época, la cinta se anunciaba con una advertencia: “En todo matrimonio hay un problema, y en todo problema una mujer ‘tan inocente’ como Susana”, así decía el promocional donde la actriz, de entonces 26 años aparece enseñando las piernas y presumiendo de un coqueto escote. La cinta se estrenó en el teatro Metropólitan, sus protagonistas Fernando Soler, Rosita Quintana y Víctor Manuel Mendoza eran éxito seguro para la taquilla de la época cuando el adulterio era un tema tabú. Quintana, nacida en Buenos Aires, el 16 de julio de 1925 batalló para encarnar a Susana, ya que este personaje contrastaba con la esencia tímida de la actriz que debutó en México cantando tangos en El Patio. Estrella Rosita se enamoró del México campirano