Mientras la mayoría de los fotoperiodistas de México iban a Chiapas para tomar fotos sobre el levantamiento armado y sus protagonistas, los integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Ángeles Torrejón llegó en marzo de 1994 a las comunidades indígenas a documentar los otros rostros del conflicto: las mujeres que dejaron sus tierras y tomaron también las armas y lucharon con sus hijos en brazos las batallas ocultas de un mundo que estaba siendo arrasado por el Ejército Mexicano. Su editor le dijo que “ya no había noticia”, que la Agencia Imagen Latina, donde trabajaba, no podía costear la cobertura porque el conflicto armado estaba entrando en las Mesas de Paz y el acceso estaba controlado por el Estado y el ejército popular, pero sobre todo por viejos fotógrafos de prensa: un acceso que se limitaba a los medios grandes y a la prensa internacional. Desde la mirada de su editor casi todas las cosas ya estaban contadas y no era necesaria la mirada de una mujer. Fue así, recuerda, como Ejér
La fotógrafa que reveló el rostro de zapatistas
Mientras la mayoría de los fotoperiodistas de México iban a Chiapas para tomar fotos sobre el levantamiento armado y sus protagonistas, los integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Ángeles Torrejón llegó en marzo de 1994 a las comunidades indígenas a documentar los otros rostros del conflicto: las mujeres que dejaron sus tierras y tomaron también las armas y lucharon con sus hijos en brazos las batallas ocultas de un mundo que estaba siendo arrasado por el Ejército Mexicano. Su editor le dijo que “ya no había noticia”, que la Agencia Imagen Latina, donde trabajaba, no podía costear la cobertura porque el conflicto armado estaba entrando en las Mesas de Paz y el acceso estaba controlado por el Estado y el ejército popular, pero sobre todo por viejos fotógrafos de prensa: un acceso que se limitaba a los medios grandes y a la prensa internacional. Desde la mirada de su editor casi todas las cosas ya estaban contadas y no era necesaria la mirada de una mujer. Fue así, recuerda, como Ejér