De los siglos pasados, La Habana Vieja heredó un elegante trazado urbano y un sistema de fortalezas único en Latinoamérica que le valió, entre otros, el título de la Llave del Nuevo Mundo. La red de edificaciones defensivas, reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1982, resguardó la capital cubana durante el esplendor comercial en la ruta trazada desde Europa. Este éxito resultó de la función excepcional de su bahía y la parada obligatoria en el recorrido marítimo hacia América, como reconoce la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. Entonces, se erigieron algunas de las fortificaciones de piedra más antiguas y de mayores dimensiones existentes en América Latina como La Cabaña, el Castillo Real Fuerza y los castillos del Morro y de La Punta. En recorrido inverso desde el corazón de La Habana Vieja hacia el mar, la Real Fuerza, uno de los ejemplares más admirados por los visitantes, ostenta en una de sus torres a La Giraldilla, una figura de mujer que observa el horizonte a la espera
La herencia de las fortificaciones viejas
De los siglos pasados, La Habana Vieja heredó un elegante trazado urbano y un sistema de fortalezas único en Latinoamérica que le valió, entre otros, el título de la Llave del Nuevo Mundo. La red de edificaciones defensivas, reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1982, resguardó la capital cubana durante el esplendor comercial en la ruta trazada desde Europa. Este éxito resultó de la función excepcional de su bahía y la parada obligatoria en el recorrido marítimo hacia América, como reconoce la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. Entonces, se erigieron algunas de las fortificaciones de piedra más antiguas y de mayores dimensiones existentes en América Latina como La Cabaña, el Castillo Real Fuerza y los castillos del Morro y de La Punta. En recorrido inverso desde el corazón de La Habana Vieja hacia el mar, la Real Fuerza, uno de los ejemplares más admirados por los visitantes, ostenta en una de sus torres a La Giraldilla, una figura de mujer que observa el horizonte a la espera