La individualización de la historia

Más allá de los grandes caudillos y sus egos, los escritores Luis Jorge Boone y Julián Herbert decidieron recrear las pequeñas historias de los hombres comunes, los que dudan y temen, en su novela El polvo que levantan las botas de los muertos (Era). Poetas, novelistas, cuentistas y ensayistas, proponen un dueto literario, “producto de una amistad y complicidad de muchos años”, para dar vida a dos historias íntimas de la Revolución mexicana. Los protagonistas son un soldado raso federal que, desde la torre de una iglesia de Coahuila, espera la llegada del enemigo mientras recuerda cómo su futuro se le manifestó desde la infancia; y un maestro rural que, tras recorrer todos los niveles de la burocracia carrancista, es nombrado diputado del Congreso que promulgará la Constitución de 1917. “Me interesa aislar a las pequeñas historias de su contexto y darles relevancia. No hay mucho que descubrir e inventar en los grandes caudillos. Me gusta el ser humano tambaleante, con dudas, deseos, apegos, temores. Buscar qu