A fines del siglo XIX, uno de los paseos dominicales de los parisinos los conducía a la morgue, construida en 1868 por el barón Haussmann en uno de los muelles del Sena, cerca de la Catedral de Notre Dame, donde se exhibían los cadáveres de los muertos en la vía pública y no reclamados por nadie. Esta “extraña costumbre” dio pie hacia 1900 a la leyenda de la Desconocida del Sena, explica la traductora radicada en México desde 1978, que contaba que un empleado de la morgue habrían sacado a la joven de las aguas del Sena y que, maravillado por su enigmática sonrisa y la paz que se desprendía de su rostro, le habría hecho una máscara mortuoria que se replicó en un gran número de ejemplares. Esta historia inspiró el cuento La Desconocida del Sena, que el franco-uruguayo Jules Supervielle (1884-1960) escribió en 1929, que narra la experiencia de una joven que despierta en un mundo submarino tras ahogarse en el río Sena. Publicado hace décadas por Editorial Vuelta, traducido por la poeta uruguaya Ida Vitale, la UNA
La sonrisa que desafió a la muerte
A fines del siglo XIX, uno de los paseos dominicales de los parisinos los conducía a la morgue, construida en 1868 por el barón Haussmann en uno de los muelles del Sena, cerca de la Catedral de Notre Dame, donde se exhibían los cadáveres de los muertos en la vía pública y no reclamados por nadie. Esta “extraña costumbre” dio pie hacia 1900 a la leyenda de la Desconocida del Sena, explica la traductora radicada en México desde 1978, que contaba que un empleado de la morgue habrían sacado a la joven de las aguas del Sena y que, maravillado por su enigmática sonrisa y la paz que se desprendía de su rostro, le habría hecho una máscara mortuoria que se replicó en un gran número de ejemplares. Esta historia inspiró el cuento La Desconocida del Sena, que el franco-uruguayo Jules Supervielle (1884-1960) escribió en 1929, que narra la experiencia de una joven que despierta en un mundo submarino tras ahogarse en el río Sena. Publicado hace décadas por Editorial Vuelta, traducido por la poeta uruguaya Ida Vitale, la UNA