La vida de las ideas no es menos vida que la real

Hijo de Mireya Bravo y Efraín Huerta, amantes y hacedores de literatura que le transmitieron vía genética la pasión por las letras y la poesía, David Huerta (8 de octubre de 1959) se reconoce en esa línea bien singular pero rica, del trabajo creativo que se finca entre la tradición y la vanguardia que no deja de lado la política. David es hijo de la generación del 68 y creador de una obra renovadora que tiene en Incurable una de sus obras maestras. ¿Qué tanto te sabes resultado de las vanguardias y tradiciones? La tradición es algo que amamos y debemos conservar. La palabra “tradicionalista” tiene connotaciones negativas únicamente para los ignorantes. Voy a decírtelo de otro modo, un poeta está hecho, en buena medida, por los poetas que lo precedieron. Creo que ese es el sentido de lo que decía el acta del jurado. Soy resultado de una porción significativa de la poesía en lengua española; no sé si un resultado bueno o malo, no me toca decirlo, pero los miembros del jurado aprueban mi trabajo. ¿Desde dónde as