Lady Gaga regresa a sus orígenes

En la música, tarde o tempra­no todo artista debe reinven­tarse: ya sea en su imagen, en su sonido, en su show, en cómo se dio a conocer o quizá en todo lo anterior. Eso hizo Lady Gaga durante el último año: se reinventó para lograr Joanne, su nuevo disco. Para Gaga los tacones de más de 10 pulgadas, los vesti­dos extravagantes —incluyen­do uno de carne cruda—, los trajes de látex y el dramático maquillaje han dejado de ex­presar lo que siente como ar­tista. No reniega de lo que ha hecho como profesional, pero para ella llegó el momento de cambiar, de vestir con ropa convencional y retomar los sonidos del Upper East Side de Nueva York, donde creció. "Para ser franca prefiero ir solo sobre el ciclo de este disco y hablar de la música. Eso sería genial, porque se convierte en todo lo demás y eso fue lo que alguna vez qui­se. Pero si solo uso playeras y pantalones negros al vestir diario, la gente podría escu­char lo que escribo. Todos los vestuarios, la moda y las pie­zas de arte a lo largo del tiem­po tuvieron