Luto por Toledo hermana a Oaxaca

Francisco Hipólito desenredó una bolsita de plástico y sacó unos cacahuetes y nueces de su interior. Nervioso, las colocó frente al autorretrato del que por 25 años fue su patrón, Francisco Toledo; después lloró abrazando a Benjamín, el último hijo del pintor zapoteca. Este productor de San Francisco Jalpan, a 20 minutos de la ciudad de Oaxaca, se enteró de la muerte del artista juchiteco durante la mañana del viernes, por la radio. Corriendo tomó el transporte y llegó hasta el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), donde los amigos de la familia del pintor y habitantes le rendían homenaje. Hipólito cargó todo el día en su mochila los cacahuates y las nueces hasta que el reloj marcó las cinco de la tarde, el horario designado para acompañar a los hijos del pintor a rendirle honores en el IAGO. No era la primera vez que le traía su cosecha a Ta Min, como conocen en Juchitán a Francisco Benjamín López Toledo. Era ya una tradición entre ellos, eran sus semillas preferidas, era una forma de compartir con