MODA

Al ver una boina es inevitable pensar en el clásico estilismo afrancesado compuesto por un jersey de rayas marineras, unos pantalones capri, zapato plano y la mítica gabardina color camel. El toque andrógino “a lo garçon” lo da, por supuesto, esta gorra plana y abombada, que acostumbra a ser de lana. Un accesorio vinculado a multitud de épocas y culturas que puede simbolizar tanto el espíritu bohemio francés, la autoridad militar o la ideología revolucionaria de los años 60. Ahora, las firmas de lujo han querido traerla de vuelta y reinterpretarla. Símbolo de estilo y elegancia Todo comenzó con aquel desfile de Gucci de primavera-verano 2016. Entre vestidos estampados con motivos florales y blusas con grandes lazadas, Alessandro Michele se tomó la licencia de recuperar la boina para darle un toque más nerd —si eso es posible— a sus estilismos. Resulta curioso que es un accesorio vinculado a las clases pobres en los siglos XV y XVI haya terminado por convertirse en símbolo de estilo. Chanel también lo anticipó