Molotov celebra sus 30 años

En el Palacio de los Deportes ya huele a fin de semana. Desde la salida del metro, los vendedores ambulantes arman su propia pasarela de irreverencia: playeras con la leyenda “Me convierto en marciano”, playeras de los Pumas con la M de Molotov y calcomanías que parecen reliquias de los noventa. La consigna es clara: esta noche se celebra, se grita y se mientan madres con Molotov. Los primeros acordes de “Amateur” y “Que no te haga bobo Jacobo” hacen temblar el domo de cobre. “Qué bueno que todos estamos reunidos aquí esta noche! Nos hemos congregado no solo para festejar los 30 años de Molotov, también para mandar a chingar a su madre al América”, lanza Micky Huidobro, y el público estalla. No importa si hay cerveza o agua en los vasos: todo vuela por los aires. Desde “Chinga tu madre” hasta “Parásito”, la banda demuestra por qué su música sigue siendo una válvula de escape para varias generaciones. En el público conviven padres con sus hijos adolescentes, parejas jóvenes, amigos que ahora peinan canas y fam