El pintor y escultor argentino Antonio Seguí, quien vivía en Francia desde 1963, murió ayer en Buenos Aires a los 88 años, una noticia que conmocionó a las artes plásticas del país sudamericano. "Despido a Antonio Seguí con el mismo cariño y afecto que, tanto en París como en Buenos Aires, siempre nos tuvimos. Pintor y colega de mi generación, cuya obra siempre mereció mi respeto y consideración", tuiteó el pintor Luis Felipe Noé, entre numerosos artistas, museos y referentes de la cultura que expresaron sus condolencias. Creador de los míticos hombrecitos con sombrero que pueblan su obra satírica, Seguí fue autor de una prolífica obra figurativa de pinturas, estampas, litografías y grabados que ilustran una visión irónica de la sociedad, impregnada de nostalgia y poesía. Aunque residía en Francia hacia casi seis décadas, el artista plástico se encontraba en Argentina junto a su esposa, Clelia Taricco, confirmó una fuente del Ministerio de Cultura. Seguí murió en una operación de cadera que su corazón no resi
Muere el artista Antonio Seguí
El pintor y escultor argentino Antonio Seguí, quien vivía en Francia desde 1963, murió ayer en Buenos Aires a los 88 años, una noticia que conmocionó a las artes plásticas del país sudamericano. "Despido a Antonio Seguí con el mismo cariño y afecto que, tanto en París como en Buenos Aires, siempre nos tuvimos. Pintor y colega de mi generación, cuya obra siempre mereció mi respeto y consideración", tuiteó el pintor Luis Felipe Noé, entre numerosos artistas, museos y referentes de la cultura que expresaron sus condolencias. Creador de los míticos hombrecitos con sombrero que pueblan su obra satírica, Seguí fue autor de una prolífica obra figurativa de pinturas, estampas, litografías y grabados que ilustran una visión irónica de la sociedad, impregnada de nostalgia y poesía. Aunque residía en Francia hacia casi seis décadas, el artista plástico se encontraba en Argentina junto a su esposa, Clelia Taricco, confirmó una fuente del Ministerio de Cultura. Seguí murió en una operación de cadera que su corazón no resi