Museo que es un oasis para la imaginación

Aquí la vida va a otro ritmo y todo se vuelve fantasía. Es como si cada rincón hubiera sido diseñado para ser locación de un cuento de hadas: atrezos por aquí, telas brillantes por allá. Dibujos de colores en las paredes, escenarios fantásticos y siempre, colgando de sus hilos, los pequeños habitantes de esta morada. Es el centro cultural Alfín Rosete Aranda (CCARA), Museo de Marionetas, un oasis para la imaginación abierto al público desde hace poco más de un año. Los niños son los principales invitados de este lugar, pero los grandes también saldrán maravillados: el Museo de Marionetas es resultado de una añeja tradición que se remonta casi dos siglos atrás y que ve cristalizado el sueño de uno de los grandes maestros titiriteros que ha tenido México: Alberto Mejía Barón (1948-2009), mejor conocido como Alfín. “Las marionetas son un bendito oficio que está ligado con la imaginería, con la fabricación de imágenes religiosas. Desde niño, Alfín ya jugaba con la idea de ser titiritero. Él decía que son los dios