Naturaleza e historia convergen en el Desierto de los Leones

En busca de un lugar que les permitiera orar en silencio y así encontrar la comunión con Dios, la orden de los Carmelitas Descalzos construyó en el siglo XVII el convento Santo Desierto de Nuestra Señora del Carmen de los Montes de Santa Fe, rodeado de un majestuoso bosque en el que habitaban ardillas, venados de cola blanca y zorrillos, entre otras especies. El recinto, enclavado en el ahora Parque Nacional Desierto de los Leones, en Cuajimalpa, al poniente del Distrito Federal, ofrece hoy en día a sus visitantes una comunión con la naturaleza y la historia. El antiguo convento, con más de siete jardines, capillas y túneles, muestra el modo de vida de los Carmelitas, orden que en 1606 encontró la tranquilidad necesaria para amar a Dios en este bosque desierto. En 1711 el primer monasterio que construyeron los Carmelitas fue dañado severamente por un temblor, por lo que los frailes construyeron un nuevo en 1722. En la actualidad este recinto cada fin de semana recibe a dos mil visitantes, quienes entran por l