Pablo Meneses busca una nueva utopía

El culto mundial a la figura de Ernesto “Che” Guevara (1928-1967), el legendario líder de la Revolución cubana, se inició en Chile con la edificación de una estatua de casi diez metros, que se inauguró en 1970 y desapareció en 1973, en la que el Comandante levanta orgulloso un fusil. El entonces presidente Salvador Allende inauguró la escultura ante tres mil personas. La visitó Fidel Castro, quien comentó que era la primera vez que veía a un amigo convertido en bronce. El poeta Pablo Neruda hizo una colecta, porque le pusieron una bomba que la decapitó. Y el dictador Augusto Pinochet mandó a quitarla cuando asumió el poder. “Con todos estos personajes rodeándola, tras haber transcurrido más de 50 años, y 30 de democracia, nadie se acuerda de esa historia. No hay ningún rastro, nada. Lo increíble es el olvido”, comenta el escritor Juan Pablo Meneses (1969). En un cruce entre la crónica y la ficción, el narrador chileno hizo de este suceso histórico el hilo conductor de su novela más reciente, Revolución (Tusqu