El artista Pablo Weisz, hijo de la escritora y pintora surrealista Leonora Carrington, se mostró contento y agradecido de que finalmente se reconozca la obra de su madre, quien fue una mujer revolucionaria que sobrevivió y se impuso en un medio que era dominado por los hombres. San Luis Potosí abrió sus puertas a las obras de Leonora Carrington y presume ya de dos museos en su honor, el primero en el centro del estado y el segundo en Xilitla, que fue inaugurado el pasado 19 de octubre. "Leonora era una revolucionaria, una batalladora, tuvo que sobrevivir en un medio en donde principalmente el género masculino es el que dominaba. Fue y es una de las artistas más extraordinarias del mundo. Era importante que una mujer de esa categoría sea reconocida", destacó Pablo. En entrevista, Weisz Carrington agradeció al estado por acoger nuevamente a su madre, toda vez que se acercó a varios lugares y le cerraron las puertas. "No voy a decir los nombres, no lo quisieron por estúpidos, ellos fueron los perdedores y San Lu
Pablo Weisz agradece que reconozcan a su madre
El artista Pablo Weisz, hijo de la escritora y pintora surrealista Leonora Carrington, se mostró contento y agradecido de que finalmente se reconozca la obra de su madre, quien fue una mujer revolucionaria que sobrevivió y se impuso en un medio que era dominado por los hombres. San Luis Potosí abrió sus puertas a las obras de Leonora Carrington y presume ya de dos museos en su honor, el primero en el centro del estado y el segundo en Xilitla, que fue inaugurado el pasado 19 de octubre. "Leonora era una revolucionaria, una batalladora, tuvo que sobrevivir en un medio en donde principalmente el género masculino es el que dominaba. Fue y es una de las artistas más extraordinarias del mundo. Era importante que una mujer de esa categoría sea reconocida", destacó Pablo. En entrevista, Weisz Carrington agradeció al estado por acoger nuevamente a su madre, toda vez que se acercó a varios lugares y le cerraron las puertas. "No voy a decir los nombres, no lo quisieron por estúpidos, ellos fueron los perdedores y San Lu