Paulino Nangullasmú Alegría heredero de una bella tradición

Aprendiz de Antonio López Hernández, conserva la amistad con su maestro y un gran respeto por lo que le fue enseñado, la elaboración de las tradicionales máscaras de parachico ¿Qué tiempo lleva dedicándose a esto? Inicié en 1984 cuando tenía 12 años. Comencé en el taller de máscaras de parachico en el Museo de la Laca que impartía el maestro Antonio López Hernández, ahí permanecí cuatro años hasta que me dieron el reconocimiento de haber terminado el taller de máscaras. Después seguí con mi maestro en su propio taller, para aprender imaginería (imágenes religiosas), para después ayudarlo y trabajar con él durante 23 años. Hoy en día trabajo en mi propio taller, Casa-Taller Arte-Sano, y así tengo 32 años trabajando la talla en madera de imágenes religiosas. ¿Cómo se define como persona? Me consideró una persona sencilla y capaz. Me gusta compartir mi conocimiento y así dejar huellas en los lugares donde he ido a dar cursos, y ver el cambio de la calidad del trabajo de mis alumnos. Me gustan los retos y cam