Siempre una mujer sola, a oscuras, que mira el jardín mientras bebe un gin tonic a breves sorbos, aparece en cada uno de los cuentos que el escritor Fabio Morábito reúne en su nuevo libro Jardín de noche (Sexto Piso, 2024). Doce relatos que arrancan con las mismas frases: “El tiempo siempre pasa veloz cuando miro el jardín. Y debieron de haber transcurrido muchas horas, porque todo alrededor estaba oscuro”, que pertenecen al cuento “El monstruito verde”, del japonés Haruki Murakami. Por vez primera, el narrador y poeta relató solo historias de mujeres, que enfrentan la ausencia o el vacío. “El jardín de algún modo es un punto de principio, es un momento de introspección, ayuda a hacer una especie de balance de la propia vida y el balance siempre es el primer momento de un cambio, de una proyección hacia adelante”, dice Morábito en entrevista, donde relata que acaba de terminar un libro de poemas que publicará a principios del próximo año Era, en México, y Visor, en España. ¿La frase de Murakami siempre fue e
Personajes femeninos dan libertad
Siempre una mujer sola, a oscuras, que mira el jardín mientras bebe un gin tonic a breves sorbos, aparece en cada uno de los cuentos que el escritor Fabio Morábito reúne en su nuevo libro Jardín de noche (Sexto Piso, 2024). Doce relatos que arrancan con las mismas frases: “El tiempo siempre pasa veloz cuando miro el jardín. Y debieron de haber transcurrido muchas horas, porque todo alrededor estaba oscuro”, que pertenecen al cuento “El monstruito verde”, del japonés Haruki Murakami. Por vez primera, el narrador y poeta relató solo historias de mujeres, que enfrentan la ausencia o el vacío. “El jardín de algún modo es un punto de principio, es un momento de introspección, ayuda a hacer una especie de balance de la propia vida y el balance siempre es el primer momento de un cambio, de una proyección hacia adelante”, dice Morábito en entrevista, donde relata que acaba de terminar un libro de poemas que publicará a principios del próximo año Era, en México, y Visor, en España. ¿La frase de Murakami siempre fue e