Quinta Montes Molina, pilar de la arquitectura

Incluso los lunes, el Paseo Montejo, una de las principales arterias de la ciudad, luce con mucha vida. Debido a que aún no concluye el invierno, la temperatura no pasa los 27 grados al mediodía, lo que se refleja en la gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros que recorren con comodidad la avenida, famosa por su gran variedad cultural. Un ejemplo es el número 46 de Paseo Montejo, donde a finales del siglo XIX un hombre de clase alta, Aurelio Portuondo, mandó a construir una casona con arquitectura representativa de la época para vivir con su esposa. Sin embargo, por las tensiones que generó la Revolución mexicana, Portuondo huyó a Cuba y vendió la propiedad a Avelino Montes Linaje, un reconocido hombre de negocios. Fue en 1906 que la ahora Quinta Montes Molina adquirió parte de su legado histórico, ya que Avelino Montes se casó con María Molina, hija de Olegario Molina Solís (gobernador de Yucatán de 1902 a 1906). Una de las hijas de este matrimonio, Josefina Molina, decidió que la casona debía man