Recapitulan historia del Ángela Peralta

Hay imágenes de la historia del teatro Ángela Peralta, el más antiguo en el occidente del país, que pueden recrearse fácilmente en la imaginación. Una de estas podría suceder entre los años 20 y 40, tiempo en el que los festejos del carnaval eran la celebración central de Mazatlán y el teatro se cerraba por completo para convertirse en un salón de baile de máscaras. En el escenario se instalaba un bar, en la luneta iba la orquesta y la pista de baile, y los balcones eran para quienes podían comprar lugares privados e invitar a sus amigos y conocidos. Decenas y decenas de personas con máscaras como en el inicio de un misterioso relato centenario situado en el Carnaval de Venecia. Pero no, se trataba de un México tangible, aún convulso por las postrimerías de la Revolución, hoy empolvado. La segunda estampa se remonta a 1975, cuando el huracán Olivia impactó contra Mazatlán y el inmueble quedó hecho pedazos. En los años que se llevó a cabo la reconstrucción, de 1975 a 1987, justo al centro del escenario creció